La cuenca del río Mantaro, con su eje que pasa de Jauja a Huancayo es desde la época prehispánica zona rica en artesanía y fiestas. La gente del valle de Mantaro, o huancas, producen en la actualidad mates burilados, máscaras, orfebrería, bordado, cerámica y tejido, atendiendo al mercado nacional y de exportación. La artesanía pasó de ser utilitaria a decorativa entre las décadas de 1930 a 1950 con la llegada de la carretera y el ferrocarril que facilitaron la presencia de productos industriales económicos al mercado local.
Las imágenes de las tradiciones y la vida cotidiana del creador están plasmadas en el mate burilado. A finales de los años 1700 arrieros trajeron mates para el uso doméstico al pueblo andino de Cochas Grandes, donde artesanos crearon distintas técnicas de grabado. Ahora hay muchas familias que se dedican al mate burilado en Cochas. Las hermanas Canto continúan esta costumbre de su padre como medio de preservación de las tradiciones familiares y culturas locales.