En los años 70 tejedores de la comunidad de Chinchero se unieron para revitalizar y fortalecer la tradición de textiles de la región que decaía en calidad por el uso de tintes sintéticos. En 1996, Nilda Callañaupa fundó el Centro de Textiles Tradicionales del Cusco donde los tejedores “comparten sus conocimientos y técnicas; jóvenes y niñas crecidas, y tejedores de comunidades rurales, se quedan y pueden vender sus productos directamente a los consumidores con precios que hacen justicia a la calidad y al valor inherente del tejido”.
El Centro trabaja con diez comunidades, reuniendo a los tejedores y sus familias para resaltar sus diseños originales y el desarrollo del tejido mediante talleres de capacitación, redes de contacto y demostraciones. El Centro también cuenta con una escuela para niñas y un museo.
El proceso del tejido
El proceso del tejido empieza por la esquilada de llamas, alpacas y ovejas y el lavado de la lana. Después sigue el hilado, en el que participan niños desde temprana edad. Luego viene el teñido, con tintes naturales, seguido por el telar, o awana, donde el tejedor elabora diferentes diseños.
Los diseños del tejido
Los diseños son influidos por el entorno del tejedor. Éstos se inspiran en la agricultura, la astronomía, la flora, la fauna y la sociedad. “Se trata del vestido hecho a mano, hilo por hilo, pieza por pieza, que cada fracción tiene su propia vida, el reflejo del espíritu, de la destreza y de la historia personal de su creador”, dijo Álvarez.